29 de noviembre de 2009

Malacostumbrado

Ayer desperté y despertaste conmigo. Hace tiempo que no me visitabas y aún así tu presencia no era extraña en mi cama. La noche anterior la pasamos recordando viejos tiempos, aquellos en los que un par de cervezas nos embriagaban. Ahora ese licor servía para ayudarnos a recordar cuando eramos más jóvenes. Una noche más abrazados hasta quedar dormidos... tanta simpleza con tanto cariño. Una mañana más comenzando con una sonrisa y un rostro familiar.

Hoy desperté y tú seguías dormida. Era extraño tenerte a mi lado después de tanto tiempo de no haberte visto. Yo salí de la cama con mucho cuidado. Te veías tan tranquila y en paz que no quise perturbar tu sueño. Te volví a cubrir con las sábanas para que no tuvieras frío, pero no pareció importarte. Salí de mi cuarto dejándote dormida aún, y ahora que es momento de ir a la cama me pregunto dónde estás. Me comenzaba a habituar a tu cuerpo junto al mío y ahora eres tú la que se ha ido. Me atrevo a decir que me has malacostumbrado.

17 de noviembre de 2009

Con Dios


Me encontré con esto hace unos meses en un taller. Creo que es una frase bastante sincera y optimista... pero que no chingue, ¿que clase de cinismo es ese?.

16 de noviembre de 2009

Más tiempo

¿Alguna vez han tenido uno de esos momentos llenos de stress donde desean que el día tenga 36 horas en lugar de 24? Si su respuesta fue si, creo que entenderán como me he sentido en las últimas semanas. Hace casi un mes que escribí por última vez en este blog. Ya lo extrañaba. Muchas cosas han pasado desde aquel fin de semana de campamento mencionado en la entrada anterior. El drama en Grey's Anatomy ha crecido de manera exponencial, falleció Capitán América, tuve la oportunidad de jugar con los nuevos sensores capacitivos de Freescale, tengo casi cien seguidores más en Twitter, y me he vuelto adicto a una nueva serie. Pero en este momento no tengo ganas de escribir de nada de eso. Si hiciera la lista de lo que realmente he hecho desde la última entrada, creo que sería mayor que la lista en dicha entrada.

Tengo un amigo que recientemente me dijo que no entiende porqué nunca tengo tiempo de hacer nada. Yo no creo que eso sea cierto. Más que no tener tiempo es que siempre tengo algo que hacer, porque sino me aburro. Siempre estoy organizando algún evento, metido en algún concurso, armando algo para proyectos, haciendo tareas, mandando mails, o llenando papeles para algún trámite. Pero el colmo de esto llego hace un par de semanas, cuando el trabajo llegó a tal cantidad que en una semana solo dormí 15 horas aprox (incluyendo el fin de semana). Los siguientes días me andaba quedando dormido en todos lados. Me pasó que en tres ocasiones llegaba a casa, me sentaba en la sala, y cuando me daba cuenta eran las 3 de la mañana y yo me había quedado dormido en el sillón.

Lo que me alegra es que al final de este mes lleno de trabajo logré ser bastante productivo. Tuve un desempeño bastante decente en mis últimos exámenes, cumplí con todas mis tareas, terminé varios proyectos, y alcancé a completar varios trámites antes de su fecha límite. Pero el trabajo aún no termina, todavía falta un poco para que termine este semestre. Y es entonces que me vuelvo a preguntar "¿porqué el día no tiene 36 horas en lugar de 24?". Lo peor es que conozco la respuesta. Si el día durara más, probablemente en la escuela o el trabajo encontrarían la manera de explotarnos más horas al día.

Pero bueno, por algo siempre digo que el stress es vida. Así que trabajen mucho, porque creanme que ese trabajo duro rendirá frutos.