20 de noviembre de 2010

Paseando por la ciudad

El rechazo de la inversión para la expansión de las líneas del macrobús ha sido un tema que ha levantado opiniones contrastantes por toda la zona metropolitana de Guadalajara. Por un lado el gobernador del estado, Emilio González, lamenta el rechazo argumentando que la inversión hubiera sido una fuente de empleos y que se le está dando la espalda a una solución a los problemas de vialidad. Por el otro lado, los alcaldes de Guadalajara, Zapopán y Tlaquepaque sostienen su postura de que este proyecto no es viable y que prefieren invertir en una expansión al tren ligero. Lo políticos dicen que se busca disminuir el tráfico y la contaminación, así como hacer una inversión al progreso de la zona metropolitana. Si esa es de verdad su intención, van por el camino equivocado.



Entre el puente atirantado, la propuesta del segundo piso a Av. Inglaterra y estas intenciones para ampliar algún sistema vial, nuestros político proponen soluciones del siglo XX a problemas del siglo XXI. Lo que se necesita no son más autobuses ni espacio para más coches, sino un sistema de transporte público de gran capacidad y alcance que cuente con eficientes sistemas de energía para minimizar la contaminación. En diversos medios se sigue viendo al pueblo proponer un sistema de metro mayor al ya existente, pero parece que esta idea sigue siendo ignorada. Un sistema de metro eficiente y seguro libraría las calles de tráfico, ayudaría a disminuir las emisiones de contaminación al ambiente, y modernizaría la ciudad notoriamente. Además, con una planeación urbana acertada, se puede apoyar al sector estudiantil con estaciones en universidades; y también al sector turístico con estaciones en puntos populares en la ZMG. Lo que Guadalajara, y México en general, necesitan es dejar de pensar en soluciones temporales y ver la manera de ayudar también al futuro del país.

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