31 de enero de 2010

Homesick


Nostalgia, esa es la palabra. Hasta el día de hoy, después de casi un mes de vivir en la nieve, no había sentido tanta nostalgia como la que sentí en las últimas horas de hoy. En una plática muy amena con un par de nuevos amigos me he dado cuenta de cuanto extraño realmente a mi país. La lista de todo lo que extraño es más o menos así...

- Los dulces de chile [si alguien me quiere mandar unos pulparindos se lo agradecería mucho].
- La variedad de Tequila.
- Las salsas.
- Las tortillas.
- El queso oaxaca.
- Las comidas que no sean pan, o con pan, o en pan.
- Las frutas (y sus precios baratos).
- La carencia de lechuga en mi dieta.
- La comida no congelada.
- El agua de limón de la cafetería de la escuela.
- Los lugares (restaurantes, tiendas, plazas, etc.) abiertos después de las 5pm.
- El sol.
- Nadar al aire libre.
- No usar chamarras y poder usar shorts.
- Que el cine cueste menos de 50 pesos.
- La vegetación.
- Las temperaturas arriba de cero.
- Mi apretada agenda.
- Usar mi sleeping bag.
- El laboratorio de electrónica.
- Grupos.
- Ir a hacer la despensa a la 1 am.
- Las noches de baguettes.
- La Turbocarne.
- Medio Tono Abajo.
- Los abrazos.
- Las pláticas sin fin con Corazón.
- Las pláticas nocturnas con mi madre.
- Los rompecabezas con mi padre.
- A mi hermana.

Lo que más extraño es a la familia a los amigos. Pero aparte de eso, tras hacer esta lista veo que a quién más extraño es la gente que se ha vuelto esencial para mí, con quienes paso más tiempo y aquellos que me han dejado las mejores memorias. De ahí en fuera, todo lo demás creo que podrá esperar un par de meses. Solo espero poder aguantar todo este tiempo sin los quesos que al parecer acá no existen.

26 de enero de 2010

Es culpa de la lechuga

A este 26 de enero de 2010 van un vuelo de avión, 40 nuevos amigos, 4 materias, 3 galones de leche, 20cm de nieve, -25ºC, 3 películas, 1 libro, 2 playeras, 1 par de botas, 376 fotos, 3 roommates, 3 botellas de vino, 2 de vodka, 1 de whiskey y 10 cervezas.

Después de ese breve recuento lo único que puedo decir es que, en efecto, todo es culpa de la lechuga. Desde el momento en que llegué a Calgary mi vida ha cambiado bastante y me atrevo a culpar a la lechuga por muchos de esos cambios. El primero de ellos siendo obviamente mi alimentación, así que permítanme explicar. En esta país la gente se alimenta de mucho pan. Todo viene con pan, en pan, sobre pan, o de plano es pan. Es por esto que me propuse alimentarme no solamente de harinas y comenzar a incluir vegetales en mi dieta. Lo extraño es que con todo y pan me paso los días con hambre, y no porque no coma. Culpo a la lechuga de esto ya que alguien alguna vez me dijo que una lechuga proporcionaba menos calorías de las que se necesitan para descomponer su molécula... traducción: te quita más de lo que te da [no @Tritza, no es albur].

Otro punto es que culpo a la lechuga por la poca variedad de alimentos en el super. He ido a tres supermercados diferentes y en todos pasa lo mismo. Generalmente solo hay 2 o tres marcas de cada cosa, pocas opciones de donde escoger. Pero en el momento en el que llegas al pasillo de los aderezos te das cuenta de que has caigo en un hoyo que no lleva al País de las Maravillas. En estos supermercados hay una variedad de aderezos impresionante. Así que después de aplicar un poco mi pensamiento (i)lógico deduje que la lechuga es la culpable ya que es parte primordial de las ensaladas y las ensaladas son el objetivo de todos esos aderezos.

La lechuga también es la culpable de la nostalgia en mi interior. El otro día mientras comía una deliciosa baguette de queso brie con arándano (lechuga incluida, claro) comencé a recordar mis mexicanas comidas diarias carentes de verduras. Un pensamiento llevó al otro y es así como esas deliciosas baguettes siempre me hacen recordar la comida de mi madre (sin lechuga), la pasta especial Tío Brasil (sin lechuga), la Turbo-carne (sin lechuga), las noches de baguettes (sin lechuga) y demás platillos mexicanos capaces de ser no acompañados de lechuga.

El comer tanta lechuga solo me hace recordar aquellos tiempo en que me preguntaban "y su jocho con qué???", a lo que yo respodía "sin verdura, por favor". El día de hoy especialmente la lechuga me recordó a mi querido Sr. R quien hoy celebra un año más de vida. Tantos momentos inolvidables con un gran amigo... y todo ellos carentes de lechuga.

Por último, culpo también a la lechuga de que cada día yo disfrute más de este increíble viaje en el que me encuentro. La lechuga estuvo presente cuando descubrí el bizarro mundo de las Pitas. La lechuga me acompañó en el mejor lunch que he tenido hasta ahora (pepperoni-pizza baguette). La lechuga se estuvo también en mi primer día de clases canadienses, el día que conocí a mis roomies, el día que fui al doctor, el día de mi primer quizz, y la primera ida al super entre tantos otros momentos.

Si, la lechuga es la culpable de muchas cosas en mi vida. Pero al final creo que no me puedo quejar. He aprendido a querer con la lechuga, y no es culpa de nadie más que de ella.

17 de enero de 2010

Un paso a la vez

Pues una semana más ha pasado en mi nuevo hogar Canadiense. Esta semana estuvo llena de sorpresas, comenzando por el hecho de que fue mi primer semana de clases en esta universidad. Mi primer shock fue llegar a una clase y encontrarme con el hecho de que éramos más de ochenta alumnos. En general todo el sistema es diferente a lo que yo estaba acostumbrado. En una materia no tendré exámenes parciales ni tareas, solo tendré pequeños exámenes rápidos cada viernes y un examen al final del semestre. Cada maestro tiene una manera muy particular de dar su clase, creo que eso se ve en todos lados, pero acá de verdad que son muy diferentes.

Esta semana fue una locura para mí, académicamente hablando. Principalmente debido a que la revalidación de mis materias en México se ha visto afectada por conflictos de horarios y sobresaturación de alumnos en ciertas clases. Como pude me las arreglé para meterme en clases sin estar inscrito y hablar con los profesores, pero aún así no me quisieron meter a las clases que ya estaban llenas. Y metiéndome a tanta clase creo que lo más difícil al inicio fue averiguar donde estaban los salones y aprender a llegar a ellos sin estar en el exterior. También esta fue la semana de ingeniería, donde se supone que hubo muchas actividades solo para ingenieros. Yo la verdad nunca me encontré con nada, solo veía carteles por todos lados pero nada de gente reunida ni nada.

Por otro lado, la vida afuera de los salones es muy diferente. Los jueves son los días en que el bar que está dentro de la escuela se convierte en lo que los mexicanos llamaríamos un antro. La música estuvo bien y fue muy divertido pasar un rato con mis nuevos amigos. Lamento admitir esto, pero la verdad es que hizo falta un poco de reggaeton o algo más movido. Toda la noche fue de electrónica, hip-hop y unos cuantos pop hits... pero hizo falta sabor, jajaja. Lo más curioso de la noche es la llamada "pants down song". Lo que sucede es que hacia el final de la noche el DJ pone "Don't Stop Believing" de Journey y todos los hombres (y algunas mujeres) se bajan los pantalones y comienzan a cantar con mucho sentimiento y a saltar por todos lados. Fue muy gracioso cuando lo vi, y creo que me hubiera freakeado mucho si no me hubieran contado desde antes sobre la dichosa "pants down song".


El viernes decidimos salir del campus e ir al centro de la ciudad a un club, pero la verdad no fue tan divertido a pesar de ser toda una reunión de mexicanos (5 mexicanos!!!). Tuvimos que esperar afuera del club por bastante tiempo con mucho viento y temperaturas bajo cero. Una vez adentro pasamos una buena noche bailando, a excepción por el par de peleas que hubo en la pista. No estuvo tan mal, lo único que estuvo muy mal fue el precio de las bebidas. Decidí sentirme patriota y pedí una Corona, y debo decir que es la cerveza más cara que me he tomado en mi vida... 7 pinches dolares. En general el alcohol aquí es muy caro. Por ejemplo, yo esperaba ver el Tequila un poco caro, pero no esperaba que una botella de José Cuervo Especial costara 40 dolares en la licorería. En el supermercado todo es caro, pero en especial el alcohol y las frutas.

Pero bueno, la secadora ha terminado su ciclo y es hora de que guarde toda mi ropa. El cuarto de lavandería del edificio tiene una sala de espera con televisión que el día de hoy he descubierto que es perfecto para concentrarme en escribir. Pronto escribiré de nuevo sobre algunas otras cosas aparte de la escuela.

=P

10 de enero de 2010

Lejos de casa

Esta última semana para mí ha sido toda una aventura. Apenas comenzó el 2010 y yo ya debía tomar un avión al extranjero para irme a estudiar de intercambio a Canadá. Así que el 2 de enero volé de la Ciudad de México a la ciudad de Calgary en la provincia de Alberta. Por suerte todo salió bien durante el vuelo, no perdieron mis maletas y no tuvimos tanto tiempo de retraso. Cuando aterrizamos ya era de noche pero igual se podía apreciar que todo estaba cubierto de nieve. Como mi vuelo llegaba muy noche, la primera noche en Canadá la pasé en un hotel con un amigo que se encuentra de intercambio en la misma universidad. Hasta el domingo nos dieron acceso a nuestros cuartos en las residencias.

Desde el momento en que llegué a mi cuarto mis nuevos roomies han sido muy divertidos y muy buenos amigos. En mi depa viven un canadiense, un francés y un chino. El canadiense y el francés llevan en este departamento desde el semestre pasado y son ellos los que me han presentado a mucha gente. En la primera semana en general he conocido a tanta gente que la verdad no puedo recordar el nombre de todos. He conocido mucha gente de Francia, Australia, Escocia, Inglaterra, Holanda, Dinamarca, Camerún, Italia, Alemania, Perú, Argentina, y solo 4 Canadienses.

El clima aquí ha sido muy diferente a mi querido México. Hace un par de días fui con un amigo al centro de la ciudad pero el clima de -25ºC no nos dejó apreciar bien nada. Y eso que yo llevaba mi chamarra impermeable super protectora y las botas de nieve. Yo solo se que estaría perdido sin los chinooks. Los chinooks son unos vientos raros que causan una especie de inversión térmica cerca de las montañas, dando como resultado rápidas elevaciones de la temperatura. El jueves pasamos de -25ºC a 3ºC. Y por lo mismo estos últimos días he estado sumamente feliz porque, aunque hace frío, al menos hemos estado por arriba del cero.

La verdad es que las clases me dan un poco de miedo porque todo mundo me dice que llevo una carga de trabajo muy pesada y que va a ser mucho trabajo. Mientras no sea más trabajo del que me han acostumbrado en mi querida universidad mexicana, cuyo nombre no me quiero arriesgar a escribir, no creo que tenga tantos problemas. Solo se que tendré que hacer un buen uso de mis horas libres para hacer tarea y dormir, ya que al parecer en mi edificio de residencias les encanta estar haciendo fiestas en los cuartos.

Las instalaciones del campus son impresionantes y siempre hay algo que hacer. El otro día fuimos a patinar sobre hielo, y por ser estudiantes entramos gratis a la pista solo tuve que pagar la renta de los patines (4.75 dlls canadienses). No me caí ninguna vez, así que puedo declararlo todo un éxito. También vimos parte de un partido de hokey femenil. Solo me dieron ganas de ir a ver los golpes enserio de los jugadores profesionales, jeje. Pero ya iré luego, mis roomies prometieron llevarme la siguiente ves que ellos vayan.

Aunque la ciudad es muy grande, apenas tienen un millón de habitantes y hasta ahora todos han sido muy amables. Por ningún lado hay basura y el aire es increíblemente limpio. Es extraño que a las 4 de la tarde ya te estén dando las buenas noches, pero pues es solo una más de las tantas cosas a las que me debo acostumbrar. Creo que por el momento ha sido suficiente. Ya escribiré luego sobre mis primeras clases.

Wish me luck