Nostalgia, esa es la palabra. Hasta el día de hoy, después de casi un mes de vivir en la nieve, no había sentido tanta nostalgia como la que sentí en las últimas horas de hoy. En una plática muy amena con un par de nuevos amigos me he dado cuenta de cuanto extraño realmente a mi país. La lista de todo lo que extraño es más o menos así...
- Los dulces de chile [si alguien me quiere mandar unos pulparindos se lo agradecería mucho].
- La variedad de Tequila.
- Las salsas.
- Las tortillas.
- El queso oaxaca.
- Las comidas que no sean pan, o con pan, o en pan.
- Las frutas (y sus precios baratos).
- La carencia de lechuga en mi dieta.
- La comida no congelada.
- El agua de limón de la cafetería de la escuela.
- Los lugares (restaurantes, tiendas, plazas, etc.) abiertos después de las 5pm.
- El sol.
- Nadar al aire libre.
- No usar chamarras y poder usar shorts.
- Que el cine cueste menos de 50 pesos.
- La vegetación.
- Las temperaturas arriba de cero.
- Mi apretada agenda.
- Usar mi sleeping bag.
- El laboratorio de electrónica.
- Grupos.
- Ir a hacer la despensa a la 1 am.
- Las noches de baguettes.
- La Turbocarne.
- Medio Tono Abajo.
- Los abrazos.
- Las pláticas sin fin con Corazón.
- Las pláticas nocturnas con mi madre.
- Los rompecabezas con mi padre.
- A mi hermana.
Lo que más extraño es a la familia a los amigos. Pero aparte de eso, tras hacer esta lista veo que a quién más extraño es la gente que se ha vuelto esencial para mí, con quienes paso más tiempo y aquellos que me han dejado las mejores memorias. De ahí en fuera, todo lo demás creo que podrá esperar un par de meses. Solo espero poder aguantar todo este tiempo sin los quesos que al parecer acá no existen.