31 de marzo de 2009

Abre tus alas


A mí me gusta aprender mínimo una cosa nueva cada día. Creo que es muy importante que sepamos un poco de todo y que es divertido estar lleno de datos curiosos que muchas veces hacen reír a la gente. Pero hay veces en las que después de un día lleno de clases donde me bombardean con información siento que pude haber aprendido aún más. Esto porque simplemente ese día no aprendí nada de mi mismo, y ese tipo de aprendizaje es el que más debemos valorar. Pero bendito sea Tlaloc, este último fin de semana tuve oportunidad de compensar esos días con 24 horas de constante descubrimiento donde comprobé muchas y aprendí muchas más. Este es sólo un pequeño resumen.

Recordé que puedes irte a la cama lleno de energía habiendo comido solo un poco de cereal, un poco de pan, colmillos enchilados y una bebida energética en todo el día.

Me di cuenta de que a quien menos le pedimos permiso es a nosotros mismos.

Vi que de verdad la cantidad no tiene nada que ver con la calidad.

Recordé que entre gente de confianza se puede compartir hasta lo que ya estuvo en la boca de alguien más.

Descubrí que la persona más grande no es necesariamente la más fuerte.

Aprendí que los paliacates pueden hacer maravillas.

Recordé que no necesitamos las palabras para comunicarnos y vi que un simple roce de una mano puede decir muchas cosas.

Me percaté de cuanto me ha ayudado de verdad todo el ejercicio que hago.

Sentí como mi paciencia se agotaba y aprendí que sí tiene un límite.

Probé una de las naranjas más dulces que he comido en mi vida.

Fui testigo de un reencuentro de una tierra aparentemente perdida.

Me recordé a mi mismo que puedo llegar a ser muy cruel con la gente que quiero.

Robé sueños, escondí otros, olvidé el mío, ayude a encontrar uno, me interpuse en el camino hacia otro y al final recapacité en todos los golpes que esas batallas dejaron.

Fui argentino.

Me di cuenta que mientras más preparado mejor.

Aunque también descubrí que el más preparado no es necesariamente el mejor.

Recibí una probadita de la axción.

Recordé mi amor por la mayonesa y descubrí que un sándwich sin mayonesa no merece ser llamado sándwich.

Aprendí a imponer retos, cambiar reglas y dar instrucciones.

Pero sobre todo aprendí que aún me falta mucho por aprender.

Así que es hora de que abra mis alas y vaya más lejos. Es momento de ver hacia adelante y no solo planear, es menester aterrizar. Bien dicen que el conocimiento es poder, por eso yo quiero saber más y asi poder hacer más. Realmente quiero poder ir al lugar donde se encuentra esa fracción de conocimiento. Quiero poder ir a volar al lado de todas esas águilas y algún día ayudar a que muchos más abran sus alas y emprendan su propio vuelo.

1 comentario:

  1. Bienvenido!!!
    por cierto.. puedo acusarte de plagio de estilooo!! jajajaja ntc!!
    Espero que no solo hayas aprendido sino que hayas APREHENDIDO y que el vuelo que estas iniciando sea largo y próspero ;)

    pd. te debo la retro ;)

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